Una de las preguntas más frecuentes que les surge a las personas cuando acuden por primera vez aal fisioterapeuta, es si sentirá dolor durante la sesión de fisioterapia. A esta pregunta debemos responder con el ambiguo y poco descriptivo “depende”.
Dependerá de factores como la patología que presenta el paciente, los test de valoración realizados y las técnicas ejecutadas por el fisioterapeuta… En este artículo intentaremos abordar este tema para arrojar luz sobre la cuestión. Además, procuraremos responder a otras dudas frecuentes como:
- ¿Tendré dolor después de la sesión?
- ¿El dolor desaparece después de la primera sesión?
El dolor después de la sesión de fisioterapia está relacionado con el tipo de lesión a tratar
El dolor durante la sesión será variable en función del umbral del dolor del paciente y éste depende mucho de su lesión. Existen ocasiones en las que el paciente acude a consulta con un dolor muy agudo y fácilmente reproducible. En casos como éste generar dolor mediante la manipulación o la movilización es relativamente sencillo, pero se antoja necesario para poder incidir sobre el tejido en disfunción. En cualquier caso, el profesional informará en todo momento a su paciente y estará atento a su reacción durante el tratamiento, para ir adaptando el trabajo a un nivel de tolerancia aceptable.
El nivel de intensidad del tratamiento será variable tras la entrevista inicial, la valoración y los objetivos de la sesión. Además, irá consensuado con el paciente, a fin de adaptarla al máximo al umbral del dolor de cada persona.
Valoración inicial: test de provocación
Una de las primeras intervenciones del fisioterapeuta es la valoración del paciente. Para llevarla a cabo es necesaria la realización de tests diagnósticos. El objetivo de estas pruebas es conocer el origen del dolor, acotar el tejido lesionado y comprender el proceso patológico.
Algunos de estos tests son de “provocación”: significa que buscan reproducir el dolor para comprender exactamente de dónde procede. Aun así, si una prueba va a reproducir el dolor, el paciente debe saberlo previamente.
La palpación en zonas dañadas también es dolorosa. Es típica la pregunta “¿te duele aquí?” mientras apretamos con el dedo. Lógicamente, también buscamos generar un pequeño dolor para delimitar la zona de tratamiento.
Técnicas de fisioterapia
Durante la sesión, el fisioterapeuta cuenta con múltiples herramientas para enfrentarse al proceso patológico. No hay que olvidar que un paciente acude a consulta con una zona dolorosa y que el profesional va a trabajar sobre ella, como resultado, es muy probable que en ciertos momentos sintamos la molestia.
Sin embargo, en todo el abanico de técnicas existen algunas que pueden ser un poco más dolorosas, como la punción seca, la electrolisis ecoguiada, el masaje miofascial intenso, ondas de choque… Con ellas, de una u otra manera, buscamos incidir directamente sobre el tejido para generar un proceso inflamatorio controlado que nos ayude a mejorar el metabolismo del tejido y, como consecuencia, mejorar la lesión.
El paciente después de estas técnicas puede sentir dolor y en ocasiones prolongarse 24/72 horas. Sin embargo, transcurrido este tiempo la mejora suele ser evidente.
Ante esta situación, el profesional explicará al paciente detenidamente en qué consiste cada manipulación, cuáles serán las sensaciones durante su transcurso y cuáles serás sus consecuencias a corto plazo. Ese tratamiento se aplicará siempre que el paciente de su visto bueno.
Con lo explicado anteriormente podemos responder a la pregunta: “¿tendré dolor después de la sesión?
Estas sensaciones de dolor después del tratamiento dependerá de las técnicas y de la patología. Como hemos dicho, algunos tratamientos generan un proceso inflamatorio beneficioso que en ocasiones es doloroso. Aún así, tras la sesión ponte en contacto con tu fisioterapeuta si te surge alguna duda.
¿Mi dolor desaparece tras la primera sesión?
Lo sentimos, pero de nuevo tenemos que responder “depende”. El dolor es el síntoma por el que acudimos, pero suele ser consecuencia de otros muchos factores: movilidad, fuerza, sensibilización, falta de control motor…
Es cierto que en ocasiones el dolor se quita tras una sesión, pero ésto no siempre es así. Es trabajo del fisioterapeuta explicar la procedencia de la dolencia, posible evolución y establecer un pronóstico aproximado. Su valoración y tratamiento no solo va encaminado a la mejora únicamente del dolor, sino a incrementar capacidades físicas que puedan estar en disfunción y que favorezcan su aparición.
Por lo tanto, si tu fisioterapeuta te explica el proceso patológico, te informa de cada técnica que va a realizar, te escucha durante la sesión para adaptarse a tu umbral el dolor y te guía en la evolución, confía en él, estás en buenas manos y seguro formaréis un buen equipo para tu recuperación.
Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga.