En el ámbito de la fisioterapia, la pubalgia emerge como una afección debilitante que afecta la sínfisis púbica, una articulación crucial en la región pélvica. Este trastorno, a menudo subestimado, puede generar una serie de molestias y limitaciones en la vida diaria de quienes lo padecen. En esta entrada, nos sumergiremos en el mundo de la pubalgia, explorando en qué consiste, sus síntomas característicos, sus posibles orígenes, cómo se diagnostica y, sobre todo, cómo la fisioterapia se erige como un recurso fundamental en su tratamiento y recuperación.
Qué es la Pubalgia u Osteopatía Dinámica de Pubis
La publagia u osteopatía dinámica de pubis (ODP) se define como una condición inflamatoria que afecta la sínfisis del pubis y las estructuras circundantes, tanto osteoarticulares como tendinosas. Su primera descripción data de los años 20 y 30, vinculada inicialmente a deportistas, y posteriormente se extendió a diversas disciplinas, como el fútbol. A lo largo del tiempo, diferentes términos han sido utilizados para referirse a esta afección, lo que ha generado cierta controversia en la literatura médica.
Entre los nombres comúnmente utilizados se encuentran «hernia deportiva» o «hernia atlética», que inicialmente atribuían el dolor inguinal a pequeñas hernias inguinales ocultas. Sin embargo, hoy en día, se emplean términos como «osteitis púbica», «pubalgia atlética» o «dolor inguinal relacionado con el aductor», entre otros. La complejidad en la comprensión de esta condición radica en su etiopatogenia, que implica desequilibrios en la pelvis y tensiones musculares que afectan la articulación del pubis.
La ODP se presenta con mayor frecuencia en deportistas que realizan movimientos como chutar la pelota en deportes como el fútbol, tanto europeo como americano o australiano. Su incidencia en la población deportiva oscila entre el 0,7% y el 7%, siendo especialmente relevante en el fútbol, donde afecta aproximadamente al 3-5% de los jugadores.
Origen y síntomas de la Pubalgia
La complejidad de la pubalgia nos obliga a conocer bien la articulación del pubis. Va más allá de su mera sínfisis, siendo un sistema donde convergen diversos grupos musculares que generan fuerzas rotacionales distintas. Entre estos grupos se encuentran los músculos abdominales, como el recto abdominal y los oblicuos, y los músculos aductores, que incluyen al aductor largo, mayor, menor, pectíneo y grácil. Se postula que el desequilibrio entre estos grupos musculares, con predominio de los aductores, ejerce presiones desiguales sobre la articulación del pubis, desencadenando un proceso inflamatorio y doloroso.
Este desequilibrio muscular crea una inestabilidad pélvica anterior que provoca un roce constante en la sínfisis púbica. Con el tiempo, este mecanismo repetitivo conduce a una serie de alteraciones, comenzando por la unión óseotendinosa, seguida de una periostitis subaguda y, en etapas avanzadas, un edema óseo en las ramas pubianas. Además, este desequilibrio puede afectar otras articulaciones adyacentes, como las sacroilíacas, la coxo-femoral o la lumbo-sacra, ampliando el alcance del malestar.
La ODP se presenta con una variedad de síntomas que pueden evolucionar con el tiempo. El primer indicio suele ser dolor en la zona inguinal durante la actividad física, que inicialmente se refiere a la inserción de la musculatura aductora o la región supra púbica donde se unen los músculos abdominales. Este dolor se intensifica con movimientos específicos, como chutar, pivotar, saltar o esprintar, que involucran flexión, rotación de la cadera y aducción de la pierna.
Con la progresión de la pubalgia, el dolor se vuelve más persistente e incapacitante, extendiéndose desde la sínfisis pubiana hacia áreas como la musculatura aductora, la región inguinal profunda, los testículos, la zona glútea y lumbar. La exploración física revela signos de inflamación en la sínfisis pubiana y sensibilidad en esta área, así como en los músculos abdominales y aductores. Se emplean pruebas específicas, como el «test de gap» o «squezze test«, para evaluar la presencia de dolor durante la contracción muscular.
La progresión de la ODP se puede clasificar en cuatro fases, que van desde síntomas unilaterales y mecánicos en la etapa inicial hasta un dolor generalizado y limitaciones en las actividades diarias en etapas más avanzadas. Es crucial reconocer estos síntomas y etapas para un diagnóstico temprano y un tratamiento efectivo de la osteopatía dinámica de pubis.
Tratamiento en Fisioterapia de la Pubalgia
El tratamiento de la pubalgia en fisioterapia se aborda de manera integral, combinando técnicas para aliviar la sintomatología aguda y desarrollando estrategias para restaurar la función muscular y prevenir futuras lesiones.
Tratamiento de la Sintomatología Aguda
Durante la fase aguda de la ODP, es fundamental controlar el dolor y reducir la inflamación. Se emplean diversas técnicas manuales para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación sanguínea en la zona afectada. Además, se puede recurrir a la neuromodulación de nervios específicos, como el nervio obturador y femoral, así como otros relacionados con el abdomen, para reducir la irritabilidad nerviosa y mejorar la función neuromuscular.
Se pueden aplicar modalidades de electroterapia como la radiofrecuencia (INDIBA), el láser, la electrolisis intratisular y la magnetoterapia para promover la recuperación de los tejidos afectados y acelerar el proceso de curación. Estas modalidades terapéuticas actúan a nivel celular, estimulando la regeneración tisular y reduciendo el dolor y la inflamación.
Valoración Funcional Muscular y Plan de Ejercicios Específicos
En el inicio del tratamiento es clave la valoración funcional muscular para identificar desequilibrios musculares y deficiencias en la estabilidad y el control motor. Esta evaluación incluye pruebas específicas para evaluar la fuerza, la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio de los músculos implicados en la pelvis y la cadera.
Con base en los hallazgos de la valoración, se establece un plan de ejercicios personalizado orientado a corregir los desequilibrios musculares y mejorar la estabilidad y el control del área afectada. Estos ejercicios pueden incluir fortalecimiento muscular, estiramientos, ejercicios de propiocepción y técnicas de control motor, adaptados a las necesidades individuales de cada paciente y a las demandas de su actividad deportiva o cotidiana.
El objetivo del tratamiento fisioterapéutico en la pubalgia es no solo aliviar los síntomas agudos, sino también abordar las causas subyacentes de la lesión y prevenir su recurrencia. Mediante una combinación de técnicas terapéuticas y ejercicios específicos, se busca restaurar la función musculoesquelética y promover una recuperación completa y duradera.
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