La neuromodulación es un método innovador en fisioterapia avanzada invasiva que implica la inserción de una aguja cerca del nervio y, a través de una señal eléctrica externa, modifica la percepción del dolor y los patrones neuromotores.
Es una técnica empleada por nuestros fisioterapeutas y queremos con este post hacerte comprender en qué consiste, como se realiza y cuáles son sus objetivos.
Principios fisiológicos de la neuromodulación
Cuando una persona sufre una lesión se genera una alteración de las vías nerviosas de la zona dañada: el nervio de esa región comunica al cerebro la presencia del daño mediante el dolor y al mismo tiempo el cerebro inhibe la señal nerviosa responsable del movimiento, disminuyendo su rango y la capacidad de contracción de los músculos cercanos.
Si la lesión se mantiene en el tiempo se genera un fenómeno de “sensibilización”. Esto consiste en una alteración de las vías nerviosas y del sistema nervioso central, pudiendo generar una sensación de dolor elevada, desmesurada: los mecanismos reguladores del dolor se han modificado.
La neuromodulación, gracias a la aplicación de la corriente cerca del nervio, ayuda a corregir esa alteración de las vías nerviosas: mejora la capacidad de contracción muscular, aumenta la movilidad y reduce la percepción del dolor.
En definitiva, este procedimiento se hace con la idea de “normalizar” los mecanismos del sistema nervioso alterados y dotar al paciente de las condiciones óptimas para recuperarse de su lesión.
Cómo se aplica la neuromodulación
Para aplicar la neuromodulación lo primero y más importante es deducir sobre qué nervio debemos trabajar. Para ello el fisioterapeuta hará una valoración completa:
Zona del dolor: dependiendo de la zona en la que el paciente refiera su dolor, el nervio responsable será uno u otro.
Sistemas neuromusculares alterados: mediante test motores el fisioterapeuta obtendrá la información necesaria para concluir dónde debe incidir con su tratamiento.
Una vez decidida la región, el profesional tiene que explicar a su paciente de forma clara en qué consiste el tratamiento y tener en cuenta aspectos como el miedo a las agujas, miedo al tratamiento desconocido…
Posteriormente, se limpia la zona de tratamiento y se localiza mediante el ecógrafo el nervio junto al que se aplicará la aguja. El fisioterapeuta pondrá tantas agujas como sean necesarias.
Por último, establecerá un circuito mediante un aparato de corriente tipo TENS a una frecuencia y durante un tiempo determinado, variable en función de los objetivos y a un nivel tolerable por su paciente.
Qué se siente durante la neuromodulación
Una pregunta evidente y habitual por parte del paciente es si el tratamiento genera dolor. Poner una aguja siempre genera una aprehensión de antemano, por lo que significa. Sin embargo, al tratarse de agujas finas, la sensación de dolor no suele ser alta. Es obvio que pinchar puede generar una pequeña molestia, pero al tratarse de un tratamiento ecoguiado, se evitan zonas que puedan generar dolor al paciente. En algunas ocasiones, al atravesar fibras musculares, la aguja puede punzar un punto gatillo miofascial, generando un espasmo muscular reflejo y un poco de dolor, que desaparece enseguida.
Durante la aplicación del tratamiento al paso de la corriente la sensación es variable si el nervio es motor o sensitivo:
Motor: contracción muscular involuntaria
Sensitivo: sensación de corriente eléctrica.
Mixto: ambas sensaciones anteriores.
En cualquier caso, el fisioterapeuta estará atento y adaptará la intensidad a la percepción de su paciente. Es fundamental que el tratamiento sea tolerado con facilidad para que el resultado del mismo sea óptimo.
Qué resultados tiene la neuromodulación
La neuromodulación tiene, en la mayoría de los casos, buenos resultados desde el principio. Al final de la misma sesión, en bastantes ocasiones el paciente siente una reducción del dolor y una mejora en la capacidad de contracción muscular. Sin embargo, para aprovechar al cien por cien el efecto, el paciente debe hacer el trabajo activo recomendado por el fisioterapeuta. Esta técnica es una forma de dotar al sistema nervioso del paciente de herramientas para comenzar la recuperación.
Como se ha comentado en numerosas ocasiones en este blog, el trabajo pasivo por parte del profesional nos ayuda a acelerar los procesos naturales, pero el pilar fundamental de la rehabilitación es la mejora de las capacidades físicas. Y por desgracia, a día de hoy, el único método para aumentar la fuerza, la movilidad, la coordinación, la resistencia a cargas… es el ejercicio físico.
Por ello, ponte en manos de profesionales que ayuden a tu cuerpo a acelerar la vuelta a la normalidad, pero sobre todo que te guíen en tu proceso de recuperación, dándote información sobre como tienes que actuar para mejorar las capacidades físicas perdidas y que han generado tu lesión.
Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga. Estaremos encantados de darte toda la información que necesites sobre este tema o sobre cualquier otro.