El trastorno de personalidad dependiente es una afectación que se caracteriza por la necesidad generalizada y desmesurada de ser cuidado por otros, lo que conlleva a comportamientos de sumisión, apego y miedo a perder el apoyo y la protección de los demás.
Según Millon, las personas con este trastorno se caracterizan por estos 5 rasgos (Belloch, 2020):
- Un comportamiento que fluctúa entre la incompetencia y la indefensión.
- Una conducta interpersonal que va desde sumisa a pegajosa.
- Un estilo cognitivo que oscila entre ingenuidad y credulidad.
- Una expresión facial entre pacífica y tímida.
- Una percepción de su mismo que se sitúa entre inepta e inadecuada.
En cuanto a la prevalencia, las cifras no son exactas y varían en un rango de entre el 3% y el 9% en la población psiquiátrica y en torno al 0,1% en la población general.
No hay acuerdo entre el género que se ve más afectado, ya que hay estudios que apuntan a unos resultados igualitarios en los dos sexos y otros que indican que los casos mujeres pueden ser hasta dos y tres veces más que en los hombres.
Síntomas del trastorno de la personalidad dependiente
- NECESIDAD DE CUIDADO Y APOYO: estas personas sienten la necesidad de que otros se hagan cargo de ellos y tomen decisiones por ellos. Pueden tener dificultades para asumir responsabilidades por ellas mismas.
- MIEDO A LA SEPARACIÓN O AL ABANDONO: miedo intenso a ser abandonados o rechazados por las personas en quienes confían. Esto puede llevarlos a mantener relaciones poco saludables o abusivas por temor a quedarse solos.
- SUMISIÓN Y COMPLACENCIA: hacen lo que los demás quieren para evitar conflictos o el rechazo.
- DIFICULTAD PARA TOMAR DECISIONES: incluso decisiones de la vida cotidiana y buscan siempre la orientación y aprobación de los demás.
- FALTA DE AUTOCONFIANZA: tienen baja autoestima y falta de confianza en sus propias habilidades y juicio.
- DEPENDENCIA EMOCIONAL: se vuelven emocionalmente dependientes de las personas en su vida y pueden tener dificultades para funcionar de manera independiente.
- EVITAN EL CONFLICTO: incluso llegando a reprimir sus necesidades y deseos.
- DIFICULTADES EN LAS RELACIONES: pueden ser difíciles debido a su necesidad constante de atención y apoyo. Pueden ser vulnerables a ser manipulados y abusados por personas que aprovechan su dependencia.
Causas del trastorno de personalidad dependiente
Aunque se sabe poco sobre este tipo de trastorno, los factores que parecen contribuir a la aparición de éste son:
- Factores culturales
- Experiencias traumáticas en la infancia
- Tendencia a la ansiedad
- Rasgos de la personalidad (sumisión, inseguridad…)
Comorbilidad del trastorno de personalidad dependiente
El trastorno de personalidad dependiente puede aparecer junto con otros tipos de trastornos, los más comunes son:
ANSIEDAD: la baja autoestima, la necesidad de tener aprobación de las personas de alrededor y tener que tomar decisiones puede hacer que también padezcan un trastorno de ansiedad o de ansiedad social.
DEPRESIÓN: ser sumisos, baja autoestima y falta de confianza pueden llevar a pensar que son inútiles y que no sirven para nada, pudiendo desarrollar un estado depresivo mayor.
Tratamiento del trastorno de la personalidad dependiente
Para el tratamiento del trastorno de personalidad dependiente, la elección siempre es la PSICOTERAPIA.
Aquí el profesional de la salud mental va a ayudar a aumentar la autoestima y la confianza en uno mismo, haciendo que cada vez sea más independiente y pueda tener una vida satisfactoria.
Dentro de la terapia se trabaja también las habilidades sociales, que es común que estén poco desarrolladas. Los pensamientos que mantienen el trastorno es de gran importancia trabajarlos.
No debemos de descartar las sesiones familiares, ya que la familia es el apoyo de la persona que se ve afectada y debemos dar información y pautas sobre como relacionarse con la persona, pues posiblemente ellos puedan ser un mantenedor de este problema.
En cuanto a medicación, no hay ningún medicamento que ayude a este problema, en el caso de que la persona se encuentre en un estado de depresión mayor o padezca un trastorno de ansiedad grave, si se puede valorar la medicación, pero para tratar estos problemas y no el trastorno de personalidad dependiente como tal.
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