La lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) es una de las lesiones más comunes y debilitantes en el mundo del deporte. Este ligamento, ubicado en el centro de la rodilla, es crucial para la estabilidad y el movimiento adecuado de la articulación.
Las lesiones del LCA pueden ocurrir en deportes que implican giros bruscos, cambios rápidos de dirección o impactos directos en la rodilla. En este post, exploraremos los aspectos fundamentales de esta lesión, desde su mecanismo lesional hasta el proceso de recuperación mediante fisioterapia.
Mecanismo Lesional en roturas de LCA
El movimiento que lleva a una lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) puede describirse específicamente como una combinación de rotación interna de la tibia y valgo de la rodilla mientras el pie está en apoyo. Esta combinación de movimientos genera una tensión excesiva sobre el LCA, que puede resultar en su ruptura.
Rotación Interna de la Tibia
Este movimiento implica que la tibia gira hacia adentro respecto al fémur. En una situación deportiva, esto puede ocurrir durante un giro brusco o al cambiar de dirección rápidamente.
Valgo de la Rodilla
El valgo de rodilla, comúnmente conocido como «rodilla en X,» se refiere a la inclinación de la rodilla hacia adentro. Este movimiento coloca una carga adicional sobre la parte interna de la rodilla.
Pie en Apoyo
Cuando el pie está en contacto con el suelo, actúa como un punto de anclaje, limitando el movimiento del pie y la parte inferior de la pierna. Este anclaje aumenta la fuerza transmitida a la rodilla durante los movimientos de rotación y valgo.
En conjunto, estos movimientos crean un torque significativo en la rodilla, superando la capacidad del LCA para resistir la tensión, lo que resulta en su desgarro o ruptura completa. Este tipo de mecanismo lesional es común en deportes que implican cambios rápidos de dirección, giros y movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto y esquí. En definitiva, aquellas prácticas o situaciones en las que sometemos a nuestra rodilla a:

Movimientos de torsión: Cambios rápidos de dirección o giros bruscos pueden provocar una torsión excesiva de la rodilla.
Saltos y aterrizajes incorrectos: Al aterrizar después de un salto, si la rodilla no está alineada correctamente.
Impacto directo: Golpes directos en la rodilla, como en deportes de contacto, pueden causar daños.
Frenadas repentinas: Detenerse bruscamente durante una carrera puede generar una tensión excesiva en el ligamento.
Fase Preoperatoria
La fase preoperatoria es crucial para preparar al paciente para una posible cirugía y mejorar los resultados postoperatorios. Esta fase incluye:
Evaluación médica: Un diagnóstico preciso mediante resonancia magnética y evaluación clínica.
Reducción de la inflamación: Uso de hielo, antiinflamatorios y reposo para disminuir la inflamación y el dolor.
Recuperación de la movilidad: Ejercicios suaves y fisioterapia para mantener la movilidad y la fuerza muscular en la rodilla afectada.
Educación del paciente: Informar al paciente sobre el procedimiento quirúrgico, los riesgos y los beneficios, así como sobre el plan de recuperación.

Cirugía en la Rotura de Ligamento Cruzado Anterior
Cuando se diagnostica una rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA), la cirugía suele ser la opción más efectiva para restaurar la estabilidad y la funcionalidad de la rodilla, especialmente en individuos jóvenes, activos y deportistas. A continuación, se describen los aspectos más importantes de los procedimientos quirúrgicos utilizados para reparar el LCA.
Procedimientos Habituales de la Cirugía del LCA:
Evaluación Preoperatoria
Diagnóstico: Confirmación de la rotura del LCA mediante resonancia magnética (RM) y evaluación clínica.
Planificación: Selección del tipo de injerto y planificación de la técnica quirúrgica más adecuada para el paciente.
Reconstrucción del LCA
Injerto: El ligamento roto no se sutura directamente debido a su escasa capacidad de cicatrización. En su lugar, se utiliza un injerto para reemplazar el ligamento dañado. Los tipos de injertos más comunes incluyen:
Autoinjerto: Utiliza tejidos del propio paciente, como el tendón rotuliano, tendones de la corva (isquiotibiales) o el tendón cuadricipital.
Aloinjerto: Utiliza tejido donado de un cadáver.
Selección del Injerto: La elección del injerto depende de varios factores, incluyendo la edad del paciente, el nivel de actividad y las preferencias del cirujano.
Procedimiento Quirúrgico
Artroscopia: La cirugía se realiza de manera mínimamente invasiva utilizando una artroscopia. Esto implica hacer pequeñas incisiones alrededor de la rodilla e insertar una cámara y herramientas quirúrgicas especializadas.
Postoperatorio Inmediato
Cuidado de la Incisión: Control del sitio quirúrgico para evitar infecciones.
Inmovilización y Rehabilitación Inicial: Uso de una rodillera y recomendaciones para evitar cargar peso sobre la rodilla operada durante las primeras semanas.
Resultados y Expectativas
La cirugía de reconstrucción del LCA tiene una alta tasa de éxito, con muchos pacientes recuperando la estabilidad de la rodilla y volviendo a sus niveles anteriores de actividad deportiva. Sin embargo, la rehabilitación es un proceso largo y exigente, que puede durar de 6 a 12 meses, dependiendo de la severidad de la lesión y la adherencia del paciente al programa de recuperación.
En resumen, la cirugía para la rotura del LCA es un procedimiento bien establecido y efectivo que, combinado con una adecuada rehabilitación, permite a los pacientes recuperar la funcionalidad y estabilidad de su rodilla.

Fisioterapia de Recuperación
La fisioterapia postoperatoria es fundamental para una recuperación exitosa y completa. El proceso de rehabilitación generalmente se divide en varias fases:
Fase inicial (0-6 semanas): Enfoque en el control del dolor y la inflamación, recuperación de la movilidad de la rodilla y ejercicios de fortalecimiento isométrico.
Fase intermedia (6-12 semanas): Aumento progresivo de la carga de ejercicios, énfasis en el fortalecimiento muscular y la mejora de la amplitud de movimiento.
Fase avanzada (3-6 meses): Introducción de ejercicios de equilibrio, coordinación y fortalecimiento funcional. Se comienza a trabajar en movimientos específicos del deporte del paciente.
Fase de retorno al deporte (6-12 meses): Ejercicios específicos para el deporte, pruebas funcionales y evaluación continua para asegurar que el paciente está listo para volver a la actividad deportiva.
La recuperación completa de una lesión del LCA puede tomar entre 6 y 12 meses, dependiendo del grado de la lesión, el tipo de cirugía realizada y la adherencia del paciente al programa de rehabilitación.
Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga.
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