El síndrome patelofemoral es una de las patologías más comunes en la rodilla, especialmente en personas físicamente activas, corredores y atletas.
También puede aparecer en individuos sedentarios debido a desequilibrios musculares o biomecánicos. Se manifiesta como un dolor en la parte anterior de la rodilla, comúnmente relacionado con movimientos repetitivos, sobrecarga o mala alineación de la rótula en el surco femoral.
Dado su impacto en la funcionalidad y calidad de vida, es esencial comprender en qué consiste, cómo se diagnostica y cuáles son las mejores estrategias para tratarlo. Se trata de procesos de recuperación, en ocasiones, lentos, no por la presencia constante de dolor, sino porque para poder retomar la actividad deportiva con normalidad necesita de una buena readaptación.
En este artículo abordaremos estas cuestiones y exploraremos cómo la fisioterapia puede ser clave en el manejo y recuperación de esta afección.
Definición y síntomas del síndrome patelofemoral
¿En qué consiste?
El síndrome patelofemoral se refiere al dolor localizado en la parte anterior de la rodilla, alrededor o detrás de la rótula. Este dolor suele ser consecuencia de un desajuste biomecánico que genera fricción o compresión excesiva entre la rótula y el fémur durante el movimiento. El dolor no se produce únicamente en la compresión, sino también por la irritación del tejido consecuencia de dicha compresión.

Anatomía relevante
La rótula es un hueso sesamoideo situado en el tendón del cuádriceps, cuya función es mejorar la eficiencia de este músculo al extender la rodilla. Durante actividades como correr, subir escaleras o ponerse en cuclillas, la rótula se desliza sobre un surco en el fémur llamado tróclea femoral. Si este deslizamiento no es suave debido a desequilibrios musculares, tensión excesiva o malformaciones, puede producirse un dolor intenso.
Síntomas principales
- Dolor en la parte frontal de la rodilla, especialmente al realizar actividades como correr, saltar o permanecer sentado durante mucho tiempo.
- Sensación de rigidez o incomodidad después de estar inmóvil.
- Crepitaciones o chasquidos al doblar la rodilla.
- En casos graves, hinchazón o inflamación leve alrededor de la rótula.


¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del síndrome patelofemoral requiere una evaluación clínica exhaustiva, que incluye:
Entrevista inicial: Recopilación de información sobre la duración y características del dolor, actividades que lo desencadenan y antecedentes médicos o lesiones previas.
Exploración funcional: Evaluación de la movilidad, fuerza muscular y patrones de movimiento, con énfasis en el alineamiento de la rótula y la estabilidad de la rodilla.
Pruebas específicas: Test funcionales como el Clark’s test o la compresión patelar ayudan a confirmar la sospecha clínica.
Cuando el dolor persiste o se sospechan complicaciones, las pruebas de imagen son esenciales:
Radiografía: Permite observar la posición de la rótula y descartar lesiones óseas.
Resonancia magnética: Detecta cambios en los tejidos blandos, incluyendo inflamación, desgaste del cartílago o edemas óseos derivados de la compresión prolongada.


Tratamiento de fisioterapia en el síndrome patelofemoral
El tratamiento del síndrome patelofemoral varía según la fase en la que se encuentre el paciente al acudir a consulta. Desde la reducción del dolor en etapas agudas hasta la readaptación funcional en fases crónicas, la fisioterapia ofrece soluciones personalizadas y eficaces. Por ello es fundamental hacer una valoración exhaustiva con el objetivo de personalizar al máximo la intervención.
Fase aguda
En esta etapa, el dolor y la inflamación son los principales problemas a abordar. El objetivo es aliviar los síntomas y evitar la progresión de la lesión. Todas las fuerzas van encaminadas a devolver al paciente una calidad de vida mínima en su vida diaria, quedando por el momento en segundo plano la actividad deportiva habitual.
Estrategias principales
Consejos al paciente: Aplicación del método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) para reducir la inflamación y el dolor. Además, es fundamental ajustar las cargas mecánicas para evitar la sobrecarga de la articulación.
Terapias avanzadas:
Zimmer (Sistema Super Inductivo): Este dispositivo utiliza campos magnéticos para aliviar el dolor y promover la regeneración de tejidos, siendo especialmente útil en casos de edema óseo.
INDIBA®: Acelerador de la regeneración tisular mediante radiofrecuencia, mejorando el flujo sanguíneo y reduciendo la inflamación.
Neuromodulación: Ayuda a reducir el dolor y normalizar el tono muscular, facilitando el movimiento sin molestias.
Láser terapéutico: Favorece la cicatrización de tejidos inflamados y reduce la hinchazón.
(Si quieres saber más sobre las técnicas mencionadas, haz click en el enlace vinculado a cada una de ellas)
Ejercicios iniciales: Movimientos suaves y controlados para mantener la movilidad articular y prevenir la rigidez.
Fase crónica
Cuando el dolor disminuye, el tratamiento se centra en la recuperación funcional completa y la prevención de recaídas.
Enfoques clave
Continuidad en terapias previas: Mantener el uso de herramientas como INDIBA neuromodulación y otras, optimiza la calidad de los tejidos, mejora el trofismo muscular y ayuda a mantener un estado óptimo para la fase de readaptación evitando recaidas.
Rehabilitación activa: Un programa de ejercicios progresivos adaptado a las necesidades del paciente, que incluye:
Fortalecimiento muscular: Foco en el cuádriceps, glúteos y músculos estabilizadores del core para mejorar el control dinámico de la rodilla.
Ejercicios de estabilidad: Uso de superficies inestables para entrenar el equilibrio y la propiocepción. Además debe fomentarse el control motor en el miembro inferior.
Movilidad y flexibilidad: Estiramientos específicos para reducir tensiones en estructuras clave como el tendón rotuliano o la banda iliotibial.
Readaptación funcional: Preparar al paciente para retomar sus actividades cotidianas o deportivas, asegurando un retorno seguro y eficiente. Poco a poco se van introduciendo ejercicios para aproximarse a la actividad objetivo. Antes de volver definitivamente, se llevan a cabo test de “Return to play” para garantizar el estado correcto para hacerlo.
Importancia de un Tratamiento Temprano y Personalizado
El síndrome patelofemoral es una afección que puede afectar significativamente la calidad de vida, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible lograr una recuperación completa. La fisioterapia desempeña un papel crucial, adaptándose a las necesidades de cada paciente según la fase de la lesión.
Si experimentas dolor en la parte delantera de la rodilla, no lo ignores. Acude a un fisioterapeuta especializado para recibir una atención personalizada y basada en evidencia científica.
Si necesitas ayuda no dudes en ponerte en contacto con nosotros, en Manuelcuenca Fisioterapia podemos ayudarte a Recuperar tu mejor tú