La ciática es un tipo de patología relativamente frecuente en la clínica de fisioterapia. Es un dolor intenso en la cara posterior de la pierna, originado en el nervio ciático.
Al acudir a nosotros los pacientes antes de describir su dolor, le ponen una etiqueta a su problema: “tengo ciática”. Sin embargo, a veces el “autodiagnóstico” no es correcto, porque gran parte de la población no tiene la suficiente información al respecto. Para eso hemos hecho este artículo, con la finalidad de que conozcas más sobre esta patología y como complemento a otro artículo de nuestro blog sobre la lumbalgia (leer aquí)
¿Qué es una ciática?
La ciática es una afección que se caracteriza por un dolor que sigue el recorrido del nervio ciático, el cual abarca desde la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y glúteos, hasta alcanzar cada pierna. Este dolor es causado generalmente por alteraciones en la zona lumbar baja: una hernia de disco o por el crecimiento excesivo de un hueso que comprime una parte del nervio. Esto provoca inflamación, dolor y entumecimiento en la pierna afectada.
Aunque la intensidad del dolor puede ser fuerte, la mayoría de los casos desaparecen después de algunas semanas de tratamiento. En casos graves de ciática, que se presentan con debilidad significativa en la pierna, puede ser necesaria una cirugía.
Hablemos de los síntomas de la ciática
La ciática es una afección dolorosa que puede afectar a las personas de manera diferente. El dolor de la parte inferior de la espalda, si es que se presenta, generalmente no es tan fuerte como el dolor que se refiere en la pierna. A menudo, el dolor es constante y se siente en una sola nalga o pierna, rara vez en ambos lados.
Este dolor sigue la ruta del nervio ciático, que nace de la unión de raíces nerviosas lumbares y pasa por el glúteo, la parte posterior del muslo, la pantorrilla y llega al pie. El dolor se describe comúnmente como una descarga eléctrica o un latigazo. El dolor puede aliviarse cuando la persona anda, se mueve o se tumba en una posición concreta, pero empeora al sentarse o ponerse de pie.
Además del dolor, algunas personas pueden experimentar sensaciones como hormigueo en el trayecto nervioso (frecuentemente en el pie), adormecimiento y en los casos más severos debilidad muscular.
En casos graves, el dolor ciático puede ser tan intenso que genera una limitación funcional a todos los niveles, impidiendo cualquier tipo de movimiento y siendo intenso constantemente. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Factores de riesgo en la ciática
- Los cambios degenerativos en la columna vertebral relacionados con el envejecimiento, como las hernias de disco y los espolones óseos, son una de las causas más comunes.
- La obesidad, debido al exceso de carga constante en la región lumbar.
- El tipo de trabajo que una persona desempeña también puede ser un factor en su desarrollo. Las personas que tienen trabajos que implican levantar objetos pesados, torcer la espalda o permanecer sentadas durante largos períodos de tiempo tienen un mayor riesgo de desarrollar esta afección.
- El estilo de vida sedentario.
- La diabetes, una enfermedad que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa en la sangre, también puede aumentar el riesgo. Esto se debe a que la diabetes tiene como uno de sus riesgos un efecto negativo sobre los nervios.
Para prevenir la aparición de la ciática, es importante cuidar la salud de la columna vertebral y evitar hábitos que puedan dañarla. Esto incluye mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y evitar permanecer sentado durante largos períodos de tiempo.
Ciática vs. Falsa Ciática
El síndrome del Piramidal o falsa ciática, muy a menudo se confunde con una verdadera ciática. Tomando como referencia todo lo escrito anteriormente, vamos a describir en qué casos nos encontramos ante esta otra modalidad de dolor.
El músculo piramidal se localiza en la zona glútea, siendo un estabilizador de la pelvis y rotador de la cadera. En ocasiones, debido a un sobreesfuerzo, puede aumentar su tono muscular y generar dolor. En casos en los que aparezcan puntos gatillos miofasciales, puede aparecer un dolor referido en el glúteo y cara posterior del muslo hasta la rodilla. Otros autores señalan que este estado inflamatorio puede comprimir el nervio ciático (que pasa por debajo del músculo) y generar el dolor.
En ambos casos, es comprensible que pueda confundirse una ciática y una falsa ciática. Sin embargo, su origen es completamente diferente. Por ende, una valoración funcional es clave para determinar la causa y poder establecer un tratamiento adecuado para cada caso, debido a que el tipo de tratamiento será distinto y tendrán una evolución diferente.
Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga. Estaremos encantados de darte toda la información que necesites sobre este tema o sobre cualquier otro.