En la actualidad, como fisioterapeutas, tenemos multitud de técnicas a utilizar para tratar las diferentes patologías que pueden aparecer en el cuerpo humano. La punción seca, de la que hablamos en este post, es una de ellas.

Como paciente, es importante que seas conocedor de cada una de ellas. Por lo menos las más empleadas. Y de no ser así pregunta tus dudas antes de que la terapia sea aplicada.

Por eso, con el fin de resolver vuestras dudas como pacientes y de dar a conocer estas técnicas, hoy nos iniciamos con la que ya os hemos avanzado: La punticón seca.

¿Qué es la punción seca?

La punción seca es una técnica invasiva en la que, a través de una fina aguja de acupuntura – de un tamaño variable en función de la zona donde se aplica la técnica- se buscan puntos gatillo en la musculatura que suelen ser los causantes de dolor miofascial o ciertos dolores musculares.

El fisioterapeuta introduce la aguja en el punto gatillo y realiza un barrido en abanico de la zona buscando que la musculatura responda con espasmos involuntarios que provocarán, a corto-medio plazo, que el dolor disminuya.

En el momento en el que el músculo deje de contraerse de forma involuntaria se considera que se ha calmado el punto gatillo.

¿Qué es un punto gatillo?

Un punto gatillo es una porción del músculo donde a la palpación, presión, contracción o estiramiento, el paciente siente dolor, habiendo descartado antes roturas fibrilares u otras dolencias relacionadas con la falta de continuidad del músculo.

Tipos de puntos gatillos

Se pueden diferenciar varios tipos de puntos gatillo, pero para simplificarlo, los dividiremos en dos tipos:

Activos: son aquellos que producen dolor en la zona que el paciente refiere como dolorosa. Pueden provocar dolor referido o parestesia.

Latentes: son aquellos de los que el paciente no se queja en la vida cotidiana, pero si se palpan y se presionan producen dolor.

Si quieres saber más sobre los puntos gatillo te invitamos a leer un post en el que hablamos específicamente sobre ellos.

Tipos de punción seca

La punción seca puede realizarse de diferentes formas en función del musculo a tratar. Dividiremos una y otra en función de la profundidad, por lo que esta puede ser profunda o superficial.

Punción superficial: es aquella que se emplea en musculatura superficial sin tener que penetrar demasiado en los tejidos.

Punción profunda: es aquella que se lleva a cabo en musculatura más profunda haciéndose más difícil la localización de punto gatillo si hablamos de músculos más profundos.

Riesgos de la punción seca

Como toda técnica invasiva, no está exenta de riesgos, pero llevándose a cabo por un profesional cualificado y formado en esta técnica no debe haber ningún riesgo o problema asociado a su aplicación.

Los riesgos que pueden aparecer cuando se lleva a cabo esta técnica son los siguientes:

•  Riesgo de infección por mala praxis o existencia de heridas.
• Riesgo de hematoma si el paciente está en tratamiento anticoagulante.
• Riesgo de presentar dolor.
• Riesgo de mareos o desmayos si el paciente tiene tendencia a que se produzcan.
• Riesgo de punción de órganos si no se lleva a cabo de forma correcta.

Queremos hacer hincapié en el hecho de que todos los riesgos descritos, a excepción de presentar dolor, son riesgos poco frecuentes y vienen provocados por una mala praxis o un profesional poco formado en la materia.

Contraindicaciones de la punción seca

Esta terapia está contraindicada o es poco recomendable en los siguientes pacientes:

• Pacientes que presenten procesos infecciosos.
• Mujeres embarazadas.
• Pacientes con prescripción de tratamiento anticoagulante.
• Pacientes propensos o sufrir reacciones vagales, desmayos o mareos.
• Pacientes con tatuajes en la zona de punción.
• Pacientes propensos a sufrir ataques de ansiedad.

Patologías recomendadas para aplicar la punción seca

Las patologías o pacientes en los que se suele aplicar con mayor frecuencia la punción seca son las siguientes:

• Deportistas en caso de sobrecargas para relajar y recuperar la musculatura
• En pacientes con dolor de cabeza persistente.
• Dolores lumbares o cervicales.
• Diferentes tendinopatías o patologías derivadas de la misma.

Si crees que encajas en algunas de las patologías descritas anteriormente y necesitas ser tratado por un fisioterapeuta formado en la materia, no dudes en ponerte en contacto con nuestra clínica de fisioterapia en Málaga.