Prevención Laboral en el Día Internacional de los Trabajadores

Prevención laboral según tipo de trabajo

En conmemoración al 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, queremos hacer este artículo a modo de homenaje.

Los españoles, de media pasamos en el trabajo entre 1700 y 1900 horas al año, convirtiéndose en la ocupación que más tiempo nos demanda en nuestras vidas.

Esto conlleva que nuestra profesión tenga un impacto significativo en nuestra salud, siendo variable en función del trabajo que desempeñemos. En la publicación que vas a leer a continuación hablaremos de diferentes modalidades de empleo, su impacto sobre la salud y modos de prevenirlos.

Prevención laboral según tu tipo de trabajo

Trabajo sedentario: de la oficina al fisioterapeuta

Poco a poco, con el cambio de paradigma social, los trabajos sedentarios han ido ganando la partida a los trabajos físicos. Al contrario de lo que podría parecer, pasar ocho horas al día sentado delante de una pantalla (o delante de apuntes si eres estudiante u opositor), puede ser perjudicial para la salud.

Lo primero que pensamos es en las malas posturas y cómo éstas pueden afectarnos. Efectivamente, cumplir con unas pautas de ergonomía postural en el puesto de trabajo favorecen la salud física. Pero incluso cumpliendo todos los requisitos para una posición óptima, pasar horas seguidas sentado es fatal para nuestro aparato locomotor (en el que incluimos músculos, huesos y patrones de movimiento asociados a la coordinación a nivel cerebral).

En nuestra consulta recibimos muchos pacientes con trabajos sedentarios que desarrollan dolor lumbar o cervical, dolores de muñeca, de hombro… Es por eso que se recomienda levantarse de forma regular y hacer algunos movimientos/estiramientos de forma cíclica, para combatir los efectos de la inmovilidad.

Sentados debemos procurar tener los pies apoyados en el suelo (o un reposapiés si no llegamos), espalda en contacto con el respaldo, pantalla del ordenador a la altura de los ojos y el teclado del ordenador por debajo de la mesa para favorecer la relajación de los músculos de hombros y espalda.

Prevención laboral en trabajo sedentario

Las personas que pasan parte del día en la silla, les urge mucho más ser regulares en el ejercicio físico. Si somos sedentarios en el trabajo y, para más inri, lo somos también en el tiempo libre, estamos facilitando el camino a lesiones del aparato locomotor. Te recomendamos si es tu caso, que leas nuestro artículo sobre las recomendaciones de la OMS al respecto del ejercicio físico.

Trabajos activos: sobrepasamos nuestra capacidad

Claro que existen trabajos activos y estos podemos dividirlos entre: dinámicos o de alta carga física:

Trabajos dinámicos como la Fisioterapia: el trabajador se sienta, se levanta, camina, utiliza brazos, piernas, puede corregir su postura para facilitar la labor. En resumen, alterna momentos activos y momentos más pasivos.

Trabajos de alta carga física: limpieza, construcción, hostelería… En estas profesiones el físico tiene mucha importancia y sometemos al cuerpo a una gran exigencia.

Prevención laboral en trabajo activo

En estos casos lo que más suele encontrarse son lesiones derivadas del exceso de carga o de los movimientos repetitivos: lumbalgias, dolores de rodilla, epicondilitis, dolores de hombro… Lógicamente, también son entornos más propensos  a los accidentes.

Si tu trabajo es de estas características y piensas que tu fisioterapeuta va a recomendarte reposo en casa, estás en el lado incorrecto. Obviamente, es comprensible que alguien que pasa su jornada haciendo actividades físicas duras puede encontrarse cansado para ejercitarse fuera del trabajo.

Sin embargo, el objetivo es en muchas ocasiones ayudarnos a cambiar el patrón de movimiento que tanto repetimos y a reforzar nuestro sistema músculo esquelético, de forma que sea más capaz de absorber la carga de trabajo que le solicitamos todos los días.

Lo ideal es encontrar una actividad física moderada global que nos guste y sirva, además de para moverse, como vía de escape a la rutina. Al fin y al cabo, trabajar duro no es excusa para incurrir en el sedentarismo. Acércate a una actividad que te motive y te ayude a mantenerte en un buen estado de salud.

Prevención laboral y estrés, un problema común a todos los trabajos

Sea cual sea tu trabajo, el punto común de todos ellos es que generan en mayor o menor medida estrés.

El estrés laboral es una respuesta física, emocional y psicológica a las demandas y presiones en el trabajo. Puede ser causado por una variedad de factores, como la sobrecarga de trabajo, la falta de apoyo o recursos, la inseguridad laboral, la falta de control sobre el trabajo, la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal, entre otros.

El estrés laboral puede tener efectos negativos en la salud física y mental de una persona, lo que puede llevar a problemas de salud como enfermedades cardíacas, hipertensión, problemas digestivos, dolores de cabeza, ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental. Además, también puede afectar negativamente el desempeño laboral, lo que puede llevar a errores, falta de concentración y una disminución en la productividad.

No podíamos obviar este tema en un artículo sobre prevención laboral. Desde el punto de vista biológico cada vez está más demostrada la relación directa entre nuestra salud física y nuestra salud mental. Estrés y dolor son dos elementos que van de la mano y deben ser tratados de manera simultánea si están coexistiendo. No terminarán de mejorar uno si no mejora el otro. En ambos casos debería ponerte en manos de profesionales para que puedan informarte sobre tu situación y a guiarte en el cómo afrontarlo.

Conclusiones sobre prevención laboral y salud

El trabajo es importante, pero debemos cuidar nuestra salud para que no se convierta en una carga que nos perjudique. Mantener un equilibrio entre esfuerzo y descanso es crucial, así como estar atentos a cualquier señal de nuestro cuerpo para evitar lesiones graves o enfermedades laborales. Adoptar hábitos saludables y prevenir problemas mayores es la clave para mantenernos en un buen estado.

El dicho popular “prevenir es mejor que curar” es muy acertado en este caso. Debemos ser proactivos y cuidar nuestra salud antes de que aparezcan problemas mayores. Esto significa adoptar hábitos saludables como llevar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir las horas necesarias y evitar hábitos dañinos como el consumo de alcohol y tabaco.

Entendemos que recordar constantemente la importancia de mantener hábitos saludables puede resultar redundante para nuestros pacientes, ya que en ocasiones la exigencia de la vida moderna nos hace difícil seguirlos. No obstante, como profesionales de la salud, es nuestra responsabilidad guiar a nuestros pacientes en la prevención de lesiones y enfermedades antes de que necesiten nuestra atención. Juntos, podemos trabajar para construir un futuro más saludable.

Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga.

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