Tendinopatía del Tendón de Aquiles (II)

Tratamiento de la tendinopatía del talon de aquiles

En nuestro último viaje a través de la anatomía humana, nos sumergimos en la complejidad del tendón de Aquiles: su función, estructura y los sutiles signos de posibles problemas. Hoy, damos un paso más allá para abordar aspectos cruciales de este componente esencial para la movilidad.

Ahora, nos adentramos en el terreno del diagnóstico preciso, el tratamiento efectivo y las estrategias de prevención. ¿Cómo identificar y abordar las lesiones en el tendón de Aquiles? ¿Cuál es la clave para mantenerlo fuerte y resistente?

Únete a nosotros en este viaje hacia la salud y el bienestar completo. Descubre cómo nuestra comprensión profunda y enfoque personalizado pueden marcar la diferencia en tu recuperación y prevención de futuras lesiones.

Diagnóstico en tendinopatía del Tendón de Aquiles

Anamnesis: desentrañando el cuadro lesivo

El primer paso en el diagnóstico de las lesiones del tendón de Aquiles es la «anamnesis». A través de una cuidadosa recopilación de información, exploramos las características del dolor: ¿Cómo se manifiesta? ¿Cuándo aparece y desaparece? ¿Dónde se localiza exactamente en el tendón? Entender la duración del malestar nos proporciona valiosas pistas sobre la naturaleza y gravedad de la lesión.

Cuadro Más Habitual: Muchas veces, las lesiones en el tendón de Aquiles presentan dolor en la zona posterior del tobillo, especialmente al caminar, correr o al realizar movimientos que involucren la flexión plantar.

En algunas ocasiones el paciente nota un dolor más agudo al poner el pie por primera vez en el suelo después de despertar por la mañana o tras largos periodos sentado. Empeora tras jornadas de mucha actividad de pie o tras un exceso de carga deportiva.

Tratamiento de la tendinopatía del talon de aquiles

Palpación: localizar el área dañada

La palpación cuidadosa es esencial para determinar la ubicación específica de la lesión. ¿Está afectada la unión miotendinosa, el cuerpo del tendón o la entesis? El «London Royal test» entra en juego para discernir entre lesiones superficiales (peritendinosas) y lesiones más profundas.

Además, la atención se centra en posibles respuestas inflamatorias reactivas: ¿Hay engrosamientos o aumentos de temperatura en la zona palpada? Estos signos proporcionan valiosa información sobre la naturaleza de la lesión.

Test funcionales: evaluar localización y origen

Los test funcionales son una herramienta clave en nuestro arsenal de diagnóstico. Observamos la respuesta del tendón a contracciones y estiramientos, buscando indicios de dolor que puedan revelar la extensión de la lesión. También exploramos la posibilidad de problemas funcionales en otros grupos musculares y articulaciones que podrían contribuir a una sobrecarga en el tendón de Aquiles.

Ecografía: ver en tiempo real

La ecografía nos ofrece una visión en tiempo real del tendón, permitiéndonos evaluar su estado de manera directa. Es importante recordar que, como fisioterapeutas, no emitimos diagnósticos médicos. La imagen de la ecografía es una instantánea del tejido y, aunque valiosa, no siempre refleja la complejidad total de la lesión. Dolor sin daño visible y daño sin dolor son posibilidades que debemos considerar en la evaluación.

Tratamiento fisioterapia talón de aquiles

Tratamiento de la tendinopatía Aquílea

Terapia Manual

La terapia manual desempeña un papel crucial en el tratamiento de la tendinopatía aquílea. Mediante técnicas especializadas, como estiramientos, movilizaciones y manipulaciones, buscamos restaurar la función óptima en la región afectada y reducir las tensiones musculares tanto en la región diana como a distancia

Terapia Avanzada

Punción seca: implica la inserción precisa de agujas en puntos específicos del tejido afectado. Este enfoque desencadena respuestas de curación al mejorar la circulación sanguínea local y reducir la tensión muscular. (Info)

Neuromodulación: utiliza corrientes eléctricas controladas para modular la actividad neuromuscular, contribuyendo a la regeneración tisular y alivio del dolor. (Info)

Electrolisis Percutánea Intratisular: se colocan agujas de acupuntura guiadas por ecografía y se hace pasar una corriente galvánica para estimular la regeneración de los tejidos lesionados. Reduciendo el dolor de la lesión y mejorando la capacidad de regeneración del tejido, tanto en lesiones agudas como crónicas. (Info)

Otras técnicas avanzadas: se pueden utilizar otros instrumentos como el sistema superinductivo, la radiofrecuencia o el láser. En este enlace puedes leer más sobre estos procedimientos.

Gestión de cargas y Ejercicios adaptados

Ejercicio Isométrico: los estudios de Jill Cook destacan la importancia crucial de los ejercicios isométricos en las fases iniciales del tratamiento. Estos ejercicios proporcionan carga controlada al tendón, estimulando la adaptación sin comprometer la recuperación.

Evolución en la carga: con el tiempo, avanzamos hacia ejercicios concéntricos y excéntricos, integrando el peso gradualmente. Los ejercicios pliométricos se incorporan en la fase final, desafiando el tendón de manera controlada.

Recuerda: el tejido tendinoso es robusto y diseñado para soportar cargas. Para una recuperación óptima, la participación activa a través del ejercicio es esencial, estimulando la adaptación y reparación.

Tratamiento de la tendinopatía del talon de aquiles

Prevención de lesiones del tendón de Aquiles

La prevención de lesiones en el tendón de Aquiles comienza con un enfoque de carga adaptada y equilibrada. Evitar exceder la carga es esencial, ya sea en términos de entrenamiento (pesos, duración del entrenamiento, frecuencia semanal o la programación de los descansos) o en la vida diaria (ser sedentario y de un día para otro caminar 20 km por ejemplo). Un plan de entrenamiento bien estructurado, supervisado por profesionales, garantiza que la progresión sea gradual y segura.

Como gestión de carga, también podemos incluir un estado de hidratación o nutricional óptimo. No contar con la “energía” suficiente para desempeñar una actividad ya sea de la vida diaria o deportiva, puede acabar generando un estrés en nuestro organismo.

Dentro de este entrenamiento hay que tener en cuenta el trabajo activo de nuestra base de sustentación, el pie. Entrenar la musculatura intrínseca del pie es un seguro pues proporcionan una base de sustentación sólida y nos ayuda a desencadenar movimientos de propulsión fuertes y efectivos.

Al mismo tiempo, no debemos olvidar que nuestro tríceps sural no funciona solo en la extensión del pie. Poseer un flexor del primer dedo, una musculatura tibial  y peronea potentes nos garantiza una buena repartición de cargas en el movimiento, protegiendo la integridad del tendón de Aquiles.

Para finalizar, también queremos hablar de factores extrínsecos como la superficie de entrenamiento o el calzado. En ocasiones un cambio brusco en estos parámetros o el uso de una “superficie” inadecuada puede aumentar el estrés tisular y favorecer o perpetuar una lesión.

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