¿Alguna vez te has detenido a reflexionar sobre lo asombrosamente preciso y coordinado que es nuestro sistema locomotor, controlado por el sistema nervioso? Es una maravilla de la naturaleza que nos permite efectuar una amplia gama de movimientos y actividades con una sorprendente destreza. Un ejemplo claro de esto es la habilidad de golpear una pelota mientras juegas al pádel.
Imagínate por un momento: estás en la pista de pádel, sosteniendo la raqueta en tus manos, listo para golpear la pelota que se acerca velozmente hacia ti. En ese instante, tu cerebro está trabajando en perfecta sincronización con tu sistema nervioso para calcular múltiples parámetros y adaptar tu movimiento y tu cuerpo de manera precisa.
Tu cerebro procesa rápidamente la velocidad y la trayectoria de la pelota, evaluando su posición en relación contigo y la raqueta. Luego, en cuestión de milisegundos, envía señales a través de las vías motoras y sensoriales para coordinar el movimiento de tus brazos, manos y cuerpo. Todos estos cálculos y ajustes ocurren de manera casi automática, sin que tengas que pensarlo conscientemente.
Quédate en este post para saber más de este concepto
Control motor: concepto
El control motor se refiere a la capacidad que tenemos para ejecutar movimientos y acciones en relación con nuestro entorno. Es como la forma en que nos movemos y respondemos a lo que nos rodea.
Para que podamos llevar a cabo estos movimientos, nuestro cuerpo cuenta con procesos internos que reciben y procesan la información necesaria. Estos procesos nos permiten movernos de manera efectiva.
Es importante tener en cuenta que para realizar estos movimientos, también necesitamos que nuestro cerebro esté involucrado: es el encargado de coordinar y controlar estos movimientos.
El cerebro y el sistema nervioso trabajan en conjunto para coordinar nuestro cuerpo y adaptarlo a las demandas del entorno en constante cambio. A través de señales nerviosas, el cerebro procesa información sensorial y toma decisiones motoras precisas. Estas señales viajan a través de la médula espinal hacia los músculos, permitiendo movimientos coordinados y ajustes en tiempo real. Esta interacción entre el cerebro y el sistema nervioso permite adaptarse a las demandas cambiantes del entorno.
Aprendizaje motor: Desarrollo de Habilidades Motrices
Desde los primeros meses de vida, los niños comienzan a explorar el mundo que les rodea a través del movimiento. A medida que crecen, van integrando una variedad de movimientos en su repertorio motor, desarrollándose y adquiriendo nuevas habilidades a través del juego y la experimentación.
El aprendizaje motor es un proceso continuo en el cual vamos adquiriendo y mejorando nuestras habilidades motrices a lo largo de nuestras vidas. Al principio, el enfoque está en el desarrollo de habilidades básicas, como gatear, sentarse, caminar y correr. Estas habilidades son fundamentales para nuestra capacidad de interactuar con el entorno.
Conforme crecemos, podemos optar por especializarnos en ciertas áreas o actividades, como un deporte en particular. En este caso, el aprendizaje motor implica adquirir gestos técnicos específicos y habilidades necesarias para ese deporte.
Esto se logra a través del entrenamiento regular y la repetición de movimientos. Con la practica de un movimiento una y otra vez, nuestro cerebro establece conexiones neuronales más fuertes y eficientes. Estas conexiones perfeccionan los gestos técnicos y los hacen más fluidos y eficientes.
El aprendizaje motor no solo se limita al ámbito deportivo. También lo experimentamos en actividades cotidianas como tocar un instrumento musical, escribir a mano o incluso tareas más complejas como conducir un automóvil. En cada una de estas actividades, nuestro cerebro se adapta y desarrolla las habilidades motoras necesarias a través del aprendizaje continuo.
Alteraciones del control motor
Cuando ocurre una lesión o experimentamos dolor, nuestro cuerpo naturalmente intenta proteger la zona afectada adoptando patrones de movimiento compensatorios. Estos patrones compensatorios pueden alterar el equilibrio y la coordinación normal de los músculos y las articulaciones. A medida que estos patrones se mantienen durante un período prolongado, se vuelven automáticos y difíciles de cambiar, lo que puede agravar la lesión original y crear nuevas tensiones y desequilibrios en otras partes del cuerpo.
El dolor y la falta de movilidad pueden llevar a la disminución de la actividad física y al sedentarismo, lo que a su vez puede debilitar los músculos y reducir la capacidad de movimiento. Esto crea un círculo vicioso en el que la falta de movimiento perpetúa el dolor y la disfunción, y a su vez la disfunción limita aún más la actividad física.
El aprendizaje incorrecto de una tarea motora también puede tener un impacto negativo en el control motor. Si adquirimos hábitos motores incorrectos o ineficientes, nuestro cuerpo se acostumbrará a ejecutar la tarea de esa manera. Esto aumenta el riesgo de lesiones. Estos patrones incorrectos se convierten en la forma predeterminada en la que nuestro cuerpo se coordina, dificultando el cambio y la adopción de patrones motores más adecuados.
Papel de la fisioterapia en la mejora del control motor
En primer lugar, el fisioterapeuta llevará a cabo una evaluación de los patrones motores del paciente. Esto puede incluir pruebas de movilidad, fuerza muscular, equilibrio y coordinación. A través de diferentes técnicas y herramientas, el fisioterapeuta analizará cómo el paciente se mueve y detectará posibles disfunciones o desequilibrios en los patrones motores que le hayan llevado a su situación lesional.
Una vez identificadas las áreas problemáticas, el fisioterapeuta diseñará un programa de ejercicios específicos para abordar las deficiencias en el control motor. Estos ejercicios pueden incluir ejercicios específicos, entrenamiento de fuerza, estiramientos y actividades de equilibrio. El programa se diseñará según las necesidades individuales del paciente, teniendo en cuenta factores como la edad, la condición física y las metas terapéuticas.
Es por ello que el profesional siempre recomendará a todos los pacientes involucrarse en una actividad física y escoger, en el tiempo libre, planes activos (como la escalada, caminar, kayak…). De esta forma nuestro cerebro siempre estará en óptimas condiciones para responder a nuestras demandas de movimiento. Por otro lado, si ya se practica un deporte que requiere de movimientos muy técnicos (por ejemplo CrossFit), se fomentará la repetición de la técnica bajo supervisión de un profesional para optimizar el uso de nuestro aparato locomotor.
Para cualquier consulta, visita nuestra clínica de fisioterapia en Málaga.