Qué es el TDC: Trastorno Dismórfico Corporal

Trastorno dismorfia corporal

El trastorno dismórfico corporal (TDC) se ha clasificado recientemente como un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Se caracteriza por la preocupación excesiva de uno o más defectos físicos percibidos, los cuales no son evidentes o son levemente visibles por otras personas. Esta preocupación lleva a la persona a sentir un gran malestar llegando a producir un deterioro en el desempeño laboral, académico y en la vida social.

Es común que este tipo de preocupaciones generen conductas repetitivas y excesivas (mirarse al espejo, compararse con otras personas, cirugías…) que ocupan mucho tiempo de su día y no sirve nada más que para afianzar este problema.

Las personas con TDC están hiperconcentradas en la percepción de sus defectos, que a menudo pasan inadvertidos para los demás.

Estas personas se centran tanto en la percepción de sus defectos que se sienten amenazados por ellos. No pueden controlar los pensamientos negativos a pesar del deseo de hacerlo, lo que les provoca angustia y un deterioro considerable del funcionamiento personal, como hemos ya mencionado. Con el paso del tiempo, estas personas llegan a aislarse socialmente, no se atreven a salir del domicilio por temor a ser vistas, juzgadas o ridiculizadas por los demás.

El TDC suele aparecer en la adolescencia, una etapa difícil para la mayoría, ya que están en momentos de cambio y el compararse con los demás está a la orden del día. Además, ahora tenemos que sumarle la aparición de las redes sociales donde la perfección cobra protagonismo, viéndola en todo momento puede nublarnos el juicio.

La incidencia es de entre un 1,7% y un 2,9% de la población general y puede ser un poco más frecuente en mujeres.

Los pensamientos e ideas suicidas son comunes en este tipo de trastorno, si tienes este problema y necesitas ayuda busca a un profesional urgente o llamar al 024.

Un poco de historia sobre el Trastorno Dismórfico Corporal

Los primeros estudios de la relación que establecen las personas con su propio cuerpo son de la segunda mitad del siglo XIX  que fueron muy importantes para la psiquiatría. Dicha relación se caracteriza por el temor o la ansiedad que genera una imagen deformada de sí mismo. Morseli en 1981 introdujo el término dismorfofobia para describir la preocupación por la propia deformidad, lo que, debido a la etimología del concepto -fobia a la deformidad corporal-, generó ambigüedades, pues dicho constructo agrupó las fobias, las obsesiones y las ideas fijas.

Luego, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) introdujo el término de trastorno dismórfico corporal (TDC) para describir las actitudes negativas hacia el propio cuerpo; sin embargo, esto no disipó las ambigüedades conceptuales que conllevaba el término de dismorfofobia. El DSM III-R empleó el nuevo término y clasificó los casos que presentaban intensidad delirante como trastorno delirante (paranoide) de tipo somático.

Actualmente, el DSM-5 define el trastorno dismórfico corporal como una preocupación excesiva por los defectos o imperfecciones físicas y es considerado un subtipo del trastorno obsesivo-compulsivo, en tanto dicha preocupación puede ser definida como obsesión, expectativa aprehensiva o miedo y dificultades en la percepción, a la cual se agregan comportamientos compulsivos.

Mirarse al espejo de forma compulsiva

Síntomas del trastorno dismórfico corporal

Los síntomas más comunes que podemos destacar de este problema son:

  • Preocupación extrema por un defecto percibido (real o irreal) en la apariencia que los demás no parecen apreciar o no lo ven como algo importante.
  • Estar convencido/a de que tienes un defecto que te hace feo/a o deforme.
  • Creer que los demás ponen atención a tu apariencia física de manera negativa o se burlan de ti por ese defecto.
  • Tener comportamientos para arreglar u ocultar esos defectos y son difíciles de controlar. Por ejemplo: mirarse constantemente al espejo, someterse a cirugías.
  • Intentar ocultar los defectos arreglándose o maquillándose.
  • Comparar la apariencia física de manera constante con la de los demás.
  • Buscar con frecuencia la aprobación de la apariencia por parte de los demás.
  • Tener tendencias perfeccionistas.
  • Buscar procedimientos estéticos con poca satisfacción posterior.
  • Evitar situaciones sociales, llegando a aislarse.

Partes del cuerpo con las que más se obsesionan las personas con TDC

  • Rostro: nariz, cutis, arrugas, acné y otras imperfecciones.
  • Cabello: debilitamiento, calvicie…
  • Apariencia de la piel y las venas.
  • Tamaño de los pechos.
  • Estructura corporal.
  • Genitales.

Las preocupaciones pueden variar entre hombre y mujeres, siendo para las mujeres mayor problema la piel, barriga y peso. En cambio, para los hombres son más preocupantes los genitales, estructura corporal y cabello.

Causas del trastorno dismórfico corporal

No se sabe específicamente qué causa el trastorno dismórfico corporal. Al igual que muchas otras enfermedades de salud mental, el TDC puede ser el resultado de una combinación antecedentes familiares del trastorno, evaluaciones o experiencias negativas sobre el cuerpo o la imagen de uno mismo y una función cerebral anormal o niveles anormales de la sustancia química cerebral llamada serotonina.

Factores de riesgo del trastorno dismórfico corporal

Ciertos factores parecen aumentar el riesgo de tener o desencadenar el trastorno dismórfico corporal, entre otros:

  • Tener parientes consanguíneos con trastorno dismórfico corporal o trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Experiencias de vida negativas, como burlas en la infancia, negligencia o abuso.
  • Ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo.
  • Presión social o expectativas de belleza.
  • Tener otra afección de salud mental, como ansiedad o depresión.
Aislamiento social

Además, el TDC puede tener complicaciones y llevarnos a tener otro tipo de problemas como los que mostramos a continuación:

Tratamiento del trastorno dismórfico corporal

En la actualidad, la psicoterapia de elección es la terapia cognitiva-conductual que está orientada a los síntomas específicos del trastorno dismórfico. Los enfoques cognitivos, la exposición y la prevención del ritual son elementos esenciales de la terapia.

La terapia cognitivo-conductual incluye elementos como el reentrenamiento perceptivo y la corrección del hábito de pincharse la piel o tironearse o arrancarse el cabello, en caso de estar presentes. El entrenamiento para revertir los hábitos incluye lo siguiente:

  • Entrenamiento de sensibilización (autocontrol, identificación de desencadenantes del comportamiento, etc.)
  • Control del estímulo (modificar situaciones)
  • Entrenamiento de respuesta (enseñar a los pacientes a sustituir el comportamiento excesivo por otros comportamientos, como apretar el puño, tejer o sentarse sobre sus manos)

Dado que la mayoría de los pacientes tienen consciencia/percepción pobre o ausente, a menudo se necesitan técnicas motivacionales para incrementar su voluntad de participar y permanecer en el tratamiento.

Para casos más graves se debe considerar terapia con medicación, los ISRS y la clomipramina (un antidepresivo tricíclico con potentes efectos serotoninérgicos) suelen ser muy eficaces en pacientes con TDC. Los pacientes suelen requerir dosis más altas de las que normalmente se necesitan para la depresión y la mayoría de los trastornos de ansiedad.

Si quieres más información o tienes un problema de este tipo u otro problema psicológico no dude en ponerse en contacto con nosotros en nuestra clínica en Málaga.

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